Peregrinando a Roma con motivo del Año Jubilar
Cada uno regresó a sus hogares con una nueva luz, listos para compartir el mensaje de esperanza con el mundo que nos rodea
Desde nuestra Cáritas Diocesana, aprovechando que la festividad del 5 de marzo coincidía con el jubileo del voluntariado en este año Santo, se convocó a todos los agentes a participar como peregrinos de esperanza en una peregrinación a Roma. Al final nos juntamos diecinueve peregrinos que, con mochilas al hombro y corazones llenos de fe, como peregrinos iniciamos nuestro camino. Aunque para ser exactos, podría decirse que maletas en mano llegamos al Aeropuerto de Fiumicino. Nos recibió una ciudad soleada, radiante y un bus que nos llevó hasta nuestro alojamiento: una residencia de sacerdotes junto al Vaticano que nos permitía dar paseos diurnos y nocturnos por la impresionante plaza de San Pedro y compartir el rosario por la salud del papa con miles de personas cada noche.
DÍA 1
Nada más pisar Roma iniciamos nuestro peregrinar por la ciudad eterna, visitando el Monumento a Víctor Manuel II, la Piazza del Campidoglio, la colina Capitolina y la Piazza Venezia. Aprovechamos la celebración en una parroquia cercana para que nos impusieran la ceniza e iniciar el doble camino: el de la esperanza como peregrinos y el de la Pascua como Cristianos. Finalizamos la jornada saboreando la gastronomía italiana y un paseo junto a la muralla medieval que nos llevó a una iluminada Plaza de San Pedro del Vaticano.
DÍA 2
Al día siguiente, atravesamos nuestra primera puerta santa, en nuestra visita a Santa María la Mayor, la preferida del papa Francisco. A continuación, pasamos por la segunda puerta Santa de nuestra peregrinación, en la Basílica papal o la catedral de Roma, la Basílica de San Juan de Letrán y subimos los escalones del Sancta Sanctorum o lugar santísimo. Por la tarde, disfrutamos de un paseo panorámico a pie por Piazza Navona, el Panteón, la Fontana de Trevi, la Plaza de España y terminando en la Piazza del Popolo, en cuya iglesia de Santa María encontramos dos obras de Caravagio: la crucifixión de San Pedro y La Conversión de San Pablo, caído del caballo.
DÍA 3
El viernes, visitamos los Museos Vaticanos, la Galería de los Tapices y la Galería de los Mapas, la escuela de Atenas de Rafael Sancio para terminar maravillándonos con la gran Capilla Sixtina. Por la tarde, salimos a las afueras de Roma, a San Pablo de Extramuros y las Catacumbas de San Calixto.
DÍA 4
El sábado, tras la eucaristía participamos en las actividades previstas de la Jornada Mundial del Voluntariado. La atmósfera estaba impregnada de entusiasmo y anhelo. Los participantes portaban banderas de sus países de origen o actividades a las que se dedicaban, primando el color verde de la protección civil italiana llegada de todo el país y también el rojo de la Cruz Roja Italiana y todos compartían sonrisas y palabras de aliento. En grupo, realizamos nuestra peregrinación a la que se unió un grupo llegado de Mexico con el que compartimos el camino hacia la entrada por la Puerta Santa. Finalizamos recibiendo la bendición de nuestro consiliario Jose Luis Juste que nos ha acompañado durante toda la peregrinación. Recorrimos de nuevo San Pedro, subimos a la cúpula de Miguel Ángel, con sus mosaicos dorados y, desde el mirador pudimos contemplar los jardines vaticanos y la inmortal Roma, “caput mundi”, capital del mundo antiguo.
Por la tarde, visitamos Chiesa di San Carlo alle Quattro Fontane, iglesia de Santa María de la Victoria, donde nos encontramos con una de las obras más importantes del Barroco, el Éxtasis de Santa Teresa, la iglesia de San Alfonso María de Ligorio, donde se encuentra el primer cuadro del Perpetuo Socorro, San Pietro in Vincolo, donde encontramos las cadenas con las que San Pedro llevo cuando fue trasladado de Jerusalén a Roma, el foro romano, los arcos de Tito y Constantino, el Coliseo, el foro de Trajano y la columna de Trajano y la iglesia de San Andrés, todo esto con las explicaciones de nuestro guía particular Miguel Ángel, voluntario de Cáritas y profesor de Historia del Arte jubilado, que nos ha trasladado con sus explicaciones las maravillas de la ciudad eterna.
DÍA 5
Así llego el 9 de marzo, nuestro último día en Roma, pero igual de emocionante y especialmente significativo, ya que participamos de la eucaristía al aire libre en la Plaza de San Pedro. La ceremonia reunió a miles de personas, y el aire vibraba con cantos y alabanzas. El mensaje del cardenal que presidio la eucaristía en nombre del papa Francisco fue claro: «La esperanza es la luz que nos guía en la oscuridad». Las palabras resonaron en cada corazón, recordando a todos que, a pesar de las dificultades, siempre hay un motivo para seguir adelante.
Al caer la tarde, mientras el sol se ocultaba en el horizonte, desde la torre del Castillo de Sant’Angelo o el interior de la iglesia de Gesú (Chiesa del Sacro Nome di Gesù), todos comprendimos que la peregrinación había sido un recordatorio de que, juntos nos podemos enfrentar cualquier adversidad y que la esperanza siempre florece, incluso en los momentos más oscuros.
La peregrinación por el Jubileo de la Esperanza concluyó, pero el eco de sus voces y el brillo en sus corazones perdurará por siempre. Cada uno regresó a sus hogares con una nueva luz, listos para compartir el mensaje de esperanza con el mundo que nos rodea.
¡Ciao Roma!
Agradecemos al equipo de sensibilización esta estupenda crónica que nos ha acercado lo que han vivido en la Peregrinación así como a nuestro fotógrafo de cabecera, Jesús Tejel, por su estupendo reportaje fotográfico.

Es un breve vídeo, las imágenes irán reproduciéndose